jueves, 24 de julio de 2014

Urbanas

Urbanas




¿Señor, señor, ¿me podría poner una estrella en la cabeza?
 No quiero un tatuaje, ni un dibujo en tinta china.
 Quiero la luz para ver colores y palabras
 y el mundo después de tanta ausencia.
 ¿ Cómo será la palabra con su canto?
 Quiero ver  graffiti en las paredes
 sensuales, provocadores, de colores agresivos
 y textos incomprensibles.

 La luz de mi estrella lee en la pared
“ Titi, te amo para siempre” al lado de un
jeroglífico de azules y turquesas con carmines
de carmenes pasadas de moda, ya olvidadas.
Alguien tiró un aerosol por la ventana
de ondas gigantes, espaciales.
Y se han dibujado como en espejos enfrentados
otras imágenes: una calesita, un malabarista,
un caballo que puede bailar como en un circo
Y dos leones gigantes con nombre propio:
Franco y Gianluca ( Quizás esté en Italia)

Mientras los leones rugen en signo de pelea
y Titi se lee feliz y enamorada,
llegan unos hombres con altas escaleras
tachos, brochas y pintura blanca;
con rapidez profesional, matan a los leones
enlazan al caballo y lo atan al poste
y a Titi le dicen: “ Andá para tu casa.”
A medida que crece el blanco puro y duro,.
el malabarista cae al suelo y los avioncitos,
los autos de carrera y los patos amarillos
huyen de la calesita.
Cuando terminan, mi estrella se ha apagado,
pero no me resigno y sigo el camino donde
pintan estrellas en la frente y entonces conocés
palabras nuevas y leones con nombre propio,
calesitas antiguas y alguna carmencita dormida
por el tiempo, que capaz era una intriga.  


     


                                                                           agosto de 2013 R. Saporiti

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